domingo, 13 de noviembre de 2011

Monstruos IV: Conclusiones

Ya vimos en "Encantadores: Brujas" que los brujos destacaban a la hora de cambiar su forma interna (hamr) o genio. Una vez muerto el cuerpo del brujo su espíritu tenía más poder al disiparse sus ataduras físicas. De ahí que las culturas animistas siempre han tenido bastante celo a la hora de enterrarlos para evitar problemas. El brujo es poseedor de unos poderes que deben permanecer en el mundo de los vivos, recibió dichos poderes de su predecesor y se los debe pasar a su sucesor. Esto puede hacerse solo cuando el joven aprendiz está listo para recibirlos.

Si una bruja sora no puede encontrar una sucesora antes de morir, ha de buscar una niña durante años después de morir y enseñarla en sueños. La tarea de encontrar alguien apropiado como sucesor puede ser difícil, y los espíritus de un brujo muerto pueden hacer estragos mientras asola la comunidad en busca de un nuevo aprendiz. Dicho espíritu puede vagar sin control, como entre los evenkis de Siberia, buscando aprendices y causando enfermedades por doquier.

Un goldo explicó al etnólogo L. Sternberg como se convirtió en brujo:

Estaba yo un día durmiendo en mi lecho de dolor cuando se me acercó un espíritu. Era una mujer muy bella, muy delgada [...]. Su rostro y su tocado se parecían en todo a los de nuestras mujeres goldas [...]. Me dijo: “Soy el "áyami "[espíritu protector] de tus antepasados, los brujos. Yo les enseñé a encantar; ahora te enseñaré a ti [...]. Luego añadió:

Te amo. Serás mi marido, pues ahora no lo tengo, y yo seré tu mujer. Te daré espíritus que te ayudarán en el arte de curar. Te enseñaré este arte y yo misma te asistiré [...]. Si no quieres obedecerme –me dijo-, ¡peor para ti! Te mataré.

Después no ha cesado de venir a casa: me acuesto con ella como con mi propia mujer, pero no tenemos hijos. Ella vive totalmente sola, sin parientes, en una cabaña situada en una montaña. Pero a menudo cambia de domicilio. A veces se presenta en forma de anciana o de lobo, por eso no se la puede mirar sin espanto.

En una aldea de Siberia, el último brujo murió en 1992. En los últimos años de su vida, la persecución del régimen soviético había cesado, pero él no pudo convencer a ninguno de sus descendientes para que retomara su vocación. Con él murió toda una tradición.

Además de legar el poder, el brujo debe convertirse en espíritu protector y dueño de un lugar en el campo. Entre los mongoles darjat, un brujo había de ser sacado de su yurta y llevado hasta su lugar favorito. Se le dejaba en una camilla en el suelo y su equipo se colgaba de un árbol cercano. Estaba prohibido visitar el lugar durante 49 días. Después de tres años, su espíritu peligroso se había convertido en uno amable. Otro brujo ponía una mesa de ofrendas y representaba la conducta del brujo muerto, como si ya se hubiera convertido en espíritu protector (genio), a fin de animar al brujo a comportarse de ese modo. Cuando estaba seguro de que ello hubiera ocurrido, el brujo vivo pasaba el espíritu a un muñeco llamado ongon, que colgaba de un altar como protector permanente.

Cuando el brujo es temido, los ritos funerarios pueden reflejar ese miedo y el emplazamiento del espíritu se convierte en un lugar inseguro. En el entierro de un peligroso brujo, los darjat rompían la piel de su tambor. Como se suponía que el brujo cabalgaba sobre su tambor por el aire como si fuera un caballo, esto lo inmovilizaba. Incluso en vida se creía que un brujo maligno podía alterar su forma interna para causar todo tipo de fechorías por los alrededores, si el brujo abusaba de su forma interna podía perder contacto con lo humano y verse obligado a pasar el resto de su vida bajo la forma animal, sin recordar que alguna vez fue hombre.

El matrimonio entre hombre y ser feérico tan común en leyendas y cuentos de hadas parece una reminiscencia de la unión espiritual entre el brujo/a y un maestro difunto. Está constatado históricamente que en la Hispania romana se adoraban a las ninfas, genios, lares y matres, todos ellos nombres romanos para designar deidades indígenas. Las lamias, ninfas y dianas, como vimos, fueron objeto de culto popular en la Edad Media. Seguramente con el paso de los siglos y el avance imparable del cristianismo, la lamia pasó a ser un personaje folclórico con comportamiento contradictorio e infantil al ser sacada de su contexto religioso original. Esto mismo ha ocurrido con multitud de entidades, antaño importantes, como los enanos, los alfar, penates, gigantes, etc. De hecho todos estos seres muestran en las leyendas una abierta antipatía o pánico por todo lo que huele a cristianismo.

He tenido la oportunidad de leer más de una "fábula" que ha ido siendo manipulada con el transcurrir de los siglos hasta convertirse en algo ridículo y sin sentido, y en no pocos casos un cuento infantil. Con las costumbres religiosas ocurre como con las palabras: en cuanto dejan de usarse terminan perdiendo el significado original. Nunca me cansaré de repetirlo, la historia se empieza a estudiar desde el principio y no desde el final. Es ésta la única manera de acercarse a lo verídico.

En otros seres monstruosos como el hispano "ojáncano" (cíclope devorador de campesinos y ganado), se da la misma dicotomía de monstruo-brujo. Jáncana es bruja en las Hurdes, pero también peligroso monstruo que salía una vez al siglo desde su cueva en algún acantilado buscando carne fresca para sus pócimas.

En una fábula medieval normánica, un guerrero de los Fianna Caoilte, se entera que tres lobas mágicas todos los años salen de la cueva de Croacha y asolan el territorio de Cas Corach y sus guerreros. En realidad son tres mujeres, hijas de Airitech, quienes gracias a la magia se convierten en temibles e invencibles lobas. Sabiendo que las lobas son grandes aficionadas a la música, le dice a Cas Corach que toque su arpa frente a ellas. Las lobas extasiadas con la música recobran su apariencia humana, momento que aprovecha Caoilte para atravesarlas con su lanza. Cas Corach corta la cabeza a las tres brujas.

En definitiva y ateniéndonos a los datos aportados, parece muy probable que la leyenda del hombre lobo y otros monstruos semihumanos tengan su origen en genios locales (a los que puede que se les rindiera culto) o el genio (así llamaban los romanos al ánima) errante de algún brujo. No en vano para los romanos monstrum era fantasma, como también lo era lemur el cual comparte raíz etimológica con lamia (lem-)....

Monstruos III: Lamias

Lamia es palabra griega (sufijo lam-ya) que significa literalmente "monstruo". Proviene de la raíz lem- "gritar" "espíritu nocturno" "anhelar" "ratonera". En muchos países europeos era sinónimo de bruja, también se llamaba lamia a un ser fantástico que vivía en el medio acuático.

Según el historiador griego Duris de Samos, Lamia era una reina de Libia a la que Zeus amó, hija de Poseidón o Belo y Libia (escolio a las Avispas de Aristófanes, verso 1035 y escolio a la Paz del mismo autor, v. 758). Hera, celosa, la transformó en un monstruo y mató a sus hijos (o, en otras versiones, mató a sus hijos y fue la pena lo que la transformó en monstruo). Lamia fue condenada a no poder cerrar sus ojos, de modo que estuviera siempre obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Zeus le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar, y volver a ponérselos luego. Lamia sentía envidia de las otras madres y devoraba a sus hijos. Tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer.

En los cuentos e historias populares búlgaras, la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la Hidra de Lerna). Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene género, pero suele ser considerada femenina.

En España hay rastros de la lamia en el País Vasco, Galicia, Cantabria oriental, Norte de Navarra y algunos lugares de Castilla y Extremadura. En los mitos las lamias habitan en fuentes, arroyos, charcas e incluso en la costa. En algunas fábulas las lamias logran casarse con un humano. Todo va perfecto en el matrimonio hasta que el humano un día casualmente nota que las extremidades de su esposa son animalescas, a partir de aquí se rompe la relación y el marido cae en desgracia. En otros casos las lamias secuestran a los bebes humanos y los sustituyen por los suyos. La moralidad de las lamias, al igual que las brujas, es muy variable. Cada lamia es un mundo.

Las lamias son esencialmente subterráneas. Construyen sus hogares bajo el suelo, en cuevas o cavernas, aunque pasan la mayor parte del tiempo cerca de los arroyos o de las fuentes que, en general, se encuentran cerca de menhires o de dólmenes, construcciones megalíticas cuyo secreto conocen, tratando por todos los medios de absorver la energía que de ellos emana. Decoran con brillantez sus moradas y no aparecen en la superficie hasta que amanece. Sus cavernas se hallan repartidas por todo el país: Urepel, Iriberri, Isturitz, Orozco, Marquina, sierra de Entzia, Ezpeleta, Mañaria, Ceánuri, Dima...

En algunas fábulas de los pueblos costeros del País Vasco como Cortezubi, Zornoza, Lequeitio, Deva, Galdácano, Motrico, las lamias adoptan la forma de mujer, con la parte inferior de su cuerpo terminada en pez, es decir, nos encontramos con sirenas. Dato curioso, pues es cierto que este nombre de sirenas se utiliza en otras partes de la costa española, como en Galicia, Asturias, Cantabria y Cataluña pero no en la zona del País Vasco, cuya creencia también existe, aunque bajo el nombre de lamias.

En las leyendas de los pueblos que no son costeros, a las lamias se las ve como bellas mujeres, si bien los dedos de los pies los tienen unidos entre sí por membranas, en forma de patas de oca, pavo o ganso; así por ejemplo, en: Arano (Navarra), Oñate (Guipúzcoa), Elorrio (Vizcaya) y Gargartza (Mondragón). O con otro tipo de extremidades y características:

-Orozco (Vizcaya): pies con garras.
-Balzola (Vizcaya): pies de gallina.
-Elanchove y Ceánuri (Vizcaya): con un solo ojo.
-Vera de Bidasoa (Navarra): como mujeres de tipo corriente pero con piel color de cobre.
-Salvatierra de Álava: son hadas bellísimas, de índole afable, llamadas “amilamias”.

Entre las ocupaciones de las lamias figuran las siguientes:

-Hilar con rueca y huso (Ceánuri)
-Construir dólmenes (Arrizala y Mendive)
-Construir puentes (Bidarray, Arrosa y Liqui), castillos e iglesias
-Lavar la ropa por las noches
-Peinarse a las orillas de las rías con peines de oro
-Guardar tesoros

Como vemos es abundante la información legendaria existente sobre las lamias, no tanto la histórica.

El clérigo Matín Dumiense acusa a los gallegos de paganos en el s.VI:

En el mar invocan a Neptuno, en los rios a las lamias, en las fuentes a las ninfas y en los bosques a las Dianas, todos los cuales son demonios malignos...

En sus Etimologías (s.VII), San Isidoro comenta algo de las lamias:

Las fábulas narran que las lamias raptan a los niños y los cortan en pedazos.

Estos datos son confirmados por los concilios visigodos, en donde además se indica el alto grado de paganismo de la Hispania de aquellos tiempos.

Monstruos II: Monstruos históricos y legendarios

Grendel: Grendel es un monstruo y uno de los tres antagonistas presentes en el poema épico Beowulf, compuesto alrededor de los años 700-1000 de nuestra era. En el poema, Grendel invade Hérot, la tierra de los daneses, volviéndola inhabitable ya que devoraba humanos sin que nadie se le opusiera. El héroe de los gautas, Beowulf, deja su tierra natal para derrotar al monstruo. El modo de atacar de Grendel consiste en ir secuestrando cada noche a un soldado de Beowulf para devorarlo, hasta que un día el propio Beowulf lo espera en la oscura sala del castillo de Hérot. El guerrero lo termina matando luego de una lucha a mano limpia. Y luego la madre de Grendel vuelve para vengarse, más terrible y poderosa, pero también sucumbe a manos de Beowulf.

El poema muestra algunos rasgos de Grendel:

1-Espantoso, horripilante
2-Perverso proscrito.
3-Moraba en fangales, grutas y charcas desde tiempos remotos.
4-Vivía esta fiera entre gente infernal padeciendo la pena de Dios.
5-Horrible enemigo, privado de goces.
6-Muy fuerte y furioso.
7-Brillo de fuego en sus ojos
8-Tenía garras.
9-Hechizaba las armas de filo y no había arma que le pudiese atravesar.
10-Odiaba la música
11-Grendel fue derrotado en combate tras perder el brazo, al día siguiente Beowulf le cortó la cabeza mientras agonizaba en su cueva bajo el lago.
12-Grendel atacó el castillo del rey danés tras ser inaugurado.
13-Grendel fue expulsado del lugar por un mago antiguamente.
14-Devorador de hombres.
15-En la traducción de Heaney (s. XIV) Grendel es de forma humana, grande y con piel escamada impenetrable con tumores callosos. Algunos estudiosos indican que podía ser un dragón o monstruo bípedo, no necesariamente un humanoide. Otro estudioso indica que Grendel pudo ser un berserker.
16-Comparte su cueva con una hembra monstruosa (su madre).
17-Según Sainero la madre de Grendel secuestra a uno de los guerreros.
18-Se desata en el lago una tormenta tras la muerte de Grendel.

En el poema de Beowulf, para describir a Grendel se describen diversos adjetivos: “Eoten” (gigante), Pyrse (gigante, monstruo, mago o brujo), “Augenga” (solitario), “Sceaduganga” (caminante de las tinieblas), con frecuencia se emplea la terminación “gangan” (ir) o “Ganga” (aparecerse). En el norte de Alemania “Gonger” significa “el que va”. La madre de Grendel es denominada “loba” o “bruja”.

La bestia de Gevaudan: La llamada fiera o bestia de Gevaudan estuvo activa en Francia entre 1764-67. Se le achacaron más de 130 ataques entre los cuales hubo alrededor de 70 muertes. El monstruo resultó muy esquivo y siempre logró evitar las numerosas partidas de caza que se organizaron para capturarlo. A decir de los testigos, las balas rebotaban en su piel.

La fiera era una mezcla de lobo y felino con piel escamada difícil de atravesar con armas comunes. Tenía larga lengua con pinchos (se decía que con ella podía succionar la sangre de las víctimas) y garras, también la describen como lobo deforme y enorme. Unos pocos testigos indicaron que la vieron cruzar ríos a dos patas. Algunas víctimas eran decapitadas o partidas por la mitad. Muchas otras personas quedaron lisiadas. La fiera comía las entrañas de las personas. Atacaba sobre todo a campesinas y niños. La primera víctima fue una niña de 14 años que fue desangrada. A veces atacaba en el mismo a día a varias víctimas separadas 100 km. de distancia.

Los ataques ocurridos en Gévaudan no fueron casos aislados. Un siglo antes, en 1693, ocurrieron ataques similares en Benais, donde hubo cerca de 100 víctimas, la mayoría mujeres y niños. La bestia responsable fue descrita de forma muy similar a la de Gévaudan. Durante los sucesos de Gévaudan fue vista una bestia el 4 de agosto de 1767 en Sarlat, una región con cuevas prehistóricas situada cerca de Gévaudan. Cuatro décadas después, entre 1809 y 1813, hubo más ataques en Vivaris, donde hubo al menos 21 víctimas (niños y adolescentes). Entre 1875 y 1879, hubo más ataques en L'Indre. Todos estos ataques ocurrieron en periodos de 4 años. Existen informes de ataques por parte de criaturas similares hasta 1954.

Chupacabras: Otro caso de ataques que podríamos catalogar de producido por un ser monstruoso (llamado hoy "chupacabras") es la misteriosa mutilación del ganado en diversos países de Sudamérica, sur de Estados Unidos e incluso en España. Al amanecer aparecen docenas de ovejas muertas con una perforación en el cuello, sin una gota de sangre e incluso con vísceras desaparecidas. No hay señales de lucha, es como si se hubiesen quedado literalmente petrificadas mientras eran asesinadas. En ocasiones se han hallado huellas de un gran cánido. También se ha encontrado alguna oveja asesinada en sitio lejano al lugar de los hechos. Otros testigos afirman haber visto extrañas luces por las cuevas de las montañas cerca de los lugares de los ataques.

En otras partes del mundo hay culturas que presentan leyendas con características similares al chupacabras:

Hombre-mosquito: algunos nativos sudamericanos de la selva tropical creen en la existencia del "hombre-mosquito", una criatura mítica de su folclore anterior a los avistamientos del Chupacabras moderno. El "hombre-mosquito" succiona la sangre de animales con su larga nariz, como un gran mosquito.

Piuchén: en Chile, el pueblo Mapuche cree en la existencia del Piuchén; del cual se dice que en algunas ocasiones petrificaría a sus víctimas con su mirada, para luego succionarles la sangre. Se supone que parecería una serpiente de gran tamaño, con alas de murciélago y plumas en su cuerpo, además tendría una cabeza similar a la de un murciélago.

Las comunidades atacameñas, residentes en el Desierto de Atacama, desde tiempos ancestrales ya creían en una gran cantidad de seres con características "tipo chupacabras"; llamadas Achaches, Umpillay, Quilpaná, Zampagibas, Choleles, Gentilares, Pachachos, etc. En las Islas Canarias tenemos el mito del Tibicena, perro monstruoso de ojos rojizos que atacaba a las personas y al ganado. Según la leyenda vivía en profundas cuevas de las montañas.

Mothman: El caso del hombre-polilla (Mothman), visto por multitud de testigos norteamericanos en 1966, parece ser un ejemplo moderno de monstruo: ser horroroso que se apareció en muchas ocasiones a distintos habitantes del pueblo de Point Pleasant (Virginia occidental) durante un año. Todo terminó con la tragedia de la caída de un puente que produjo la muerte de 46 personas. A partir de aquí no volvió a ser visto.

El aspecto físico que se le atribuye a esta hipotética criatura es la de un humanoide de más de 2 m de altura, con grandes alas que se repliegan, cubierto de pelo gris oscuro, con grandes garras en las patas, y con dos grandes ojos rojos y luminosos a los que se atribuyen facultades hipnóticas y paranormales.


Monstruos I: Introducción

Monstruo (antes monstro) es tomado del bajo latín monstruum, alteración del latín monstrum. La raíz etimológica es men-1 (pensar), el sufijo mon-eyo (hacer pensar/recordar algo a uno) se aplica a "monstruo" como prodigio o o hecho prodigioso. Otra palabra con la misma raíz es "mostrenco" que significa: “dícese del que no tiene casa ni hogar, ni señor o amo conocido”.

En la antigua Roma se empleó monstrum para designar a los fantasmas, cuyo diminutivo mostella aparece en el título de una obra de Plauto, muerto en el año 184: Mostellaria, es decir, La comedia del fantasma. El sentido de monstra es poco claro, y los etimólogos de la Edad Media lo relacionan con el verbo monere, “advertir”, y de monstrum, “signo precursor de un acontecimiento funesto”. En el siglo IV, Paladio, cuyo tratado de agricultura se hizo célebre en el Occidente medieval, da como sinónimo de monstra “espíritus nocivos”, y precisa que los campesinos temen la nefasta influencia de los monstra en las cosechas y los animales domésticos.

Como era de esperar veremos a continuación que pensaba el insigne clérigo hispalense San Isidoro (s.VII) sobre los monstruos:

"Monstra" deriva su nombre de "monitus" porque se muestran para indicar algo, o porque muestran al punto qué significado tiene una cosa. Y éste es su significado propio que se ha visto, no obstante, corrompido por el abuso de esta palabra han hecho los escritores. La aparición de determinados portentos parece querer señalar hechos que van a acontecer, pues en ocasiones Dios quiere indicarnos lo que va a suceder a través de determinados perjuicios de los que nacen, como sirviéndose de sueños y de oráculos advierte e indica a algunos pueblos u hombres las desgracias futuras.

Y esto es cosa probada por múltiples experiencias. Así a Jerjes le anunció una zorra, nacida de una yegua, que su reino iba a ser destruído. A Alejandro le pronosticó su repentina muerte un monstruo nacido de mujer: la parte superior del cuerpo era de hombre, pero sin vida; la parte inferior, una mezcla de diferentes bestias, y tenía vida; ello significaba que la parte peor sobreviviría a la mejor. No obstante, los monstruos que se envían como vaticinios no suelen vivir mucho tiempo, sino que mueren inmediatamente después de nacer.

Más tarde añade algunas razas monstruosas como los cynodontes, esteresios, praenumeria, cinocéfalos, cíclopes, gigantes, etc. Sabemos gracias a la ciencia médica que los "monstruos" recien nacidos solo llegan a vivir unas pocas horas como mucho, ésto ya era conocido en época de Isidoro.
La creencia en monstruos no es intrínseca del occidente europeo, multitud de culturas del mundo han creído (y algunas siguen creyendo) en la relación causa-efecto entre el nacimiento de "monstruos" y las catástrofes.

Las traducciones de monstrum en las dos lenguas germánicas muestran que se opera un corrimiento progresivo de la realidad al sueño, pero otras glosas en antiguo alto alemán traducen monstrum por egisa, es decir, “terror, horror”, describiendo los sentimientos que suscitan los aparecidos. Monstrum y gigas indican que los difuntos o los aparecidos son de mayor tamaño de lo que son normalmente, y que anuncian un acontecimiento, a menudo funesto, lo cual puesto que la aparición de un muerto precede mas de una vez a nuevas muertes. El propio DRAE del s.XVIII indica que monstruo es: "por extensión se toma por cualquier cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier linea". También es antigua la noción de "feo en exceso" para monstruo.