martes, 10 de julio de 2012

El Yo auténtico


Durante los milenios se ha escrito bastante sobre el cuerpo humano, el espíritu y la mente. Todos ellos requieren un entrenamiento específico para mantenerlos en forma. Así la filosofía, el cálculo o ejercitar la memoria son saludables para nuestro cerebro; la gimnasia para el cuerpo y escuchar música para el espíritu. Por desgracia no se ha escrito lo suficiente acerca del yo auténtico, siendo de lejos, la parte más importante del ser humano. A decir de la tradición religiosa y filosófica, el yo auténtico o el uno se halla fuera del cuerpo rodeándolo como una especie de neblina inseparable, este aura toma forma redonda encima de la cabeza. Muchos santos, ascetas y profetas son representados con esta aureola sobre su cabeza. Los cabalistas judíos lo llamaban Kether (corona) y para los romanos era una virtud llamada aeternitas (eternidad).



Sería imposible explicar con palabras lo impasible que trasciende al cuerpo y a la mente. Sin embargo para hacer notar su importancia pondré un ejemplo: El ser humano es como un país que está formado por cuatro tipos de ciudadanos en orden de importancia: El rey (el yo auténtico), la aristocracia (la mente), el espíritu (el ejército) y el cuerpo (la plebe). En la persona íntegra el rey manda, lo que sería una monarquía; en la persona noble mandan los aristócratas, forma de gobierno llamada aristocracia; en la persona común manda el corazón o el más fuerte; en la persona pasional manda el cuerpo, su forma de gobierno sería la democracia (gobierno del pueblo). La libertad del individuo depende del modo en que se gobierne. 


En un mundo tan enloquecido como el que nos ha tocado vivir, el yo auténtico solo puede captarse de manera intuitiva por medio del ascetismo, disciplina, adquisición de conocimientos útiles para tal fin y una continua reflexión. Ello llevará al interesado a conocerse a sí mismo y a utilizar todo su ser como un mecanismo de relojería bien engrasado. El que entrena su cuerpo mejora su salud; el que ejercita su mente gana en inteligencia y el que cultiva su espíritu se hace fuerte. Pero es el yo quien permite que se realice de modo eficaz para todas las partes del ser. Si el yo no dirige, todos los esfuerzos son el balde.



Las religiones basadas en la ominipotencia del Demiurgo están constituídas por dichos y enseñanzas de hombres santos que se conocían bien a sí mismos: Abraham, Jesús, Lao Tzu, Mahoma, Moisés, Buda, Zoroastro, etc. Lo que nos ha llegado de ellos en muchos casos (especialmente en occidente) son interpretaciones torticeras de lo que dijeron, ya sea por causas económicas, políticas o bien por hacer viable la vida del hombre común con el ascetismo. En cambio, desde el lejano oriente las enseñanzas nos han llegado poco trastocadas, quizá sea debido a la sencillez de carácter y la paciencia que tienen los orientales. El yo auténtico está relacionado con el todo y su naturaleza es regir al ser, del mismo modo que el Demiurgo se encuentra en todas partes y manda en el cosmos. El ser humano es un universo en miniatura. Los que busquen el yo auténtico por medio de sesudas teorías filosóficas, "maestros" de prestigio o investigando sobre una postura del loto perfecta para "meditar" (traducción impropia, pues meditar es calcular) están perdiendo el tiempo. Más apropiado parece aprender a desaprender.



Uno de los grandes maestros demiúrgicos fue Chuang Tzu (siglo II a. C.), es posiblemente el más espiritual de los filósofos chinos. Incluso se lo considera el mayor representante del taoísmo, ya que divulgo los escritos de Lao Tzu, figura legendaria de esa doctrina. A continuación expongo algunos de sus cortos relatos con objeto de comprender, en lo posible, el yo auténtico.



EL ÁRBOL INÚTIL





Hui tzu le dijo a Chuang: "Tengo un árbol grande, de los que llaman árboles apestosos. El tronco está tán curvado, tan lleno de nudos, que nadie podría obtener una tabla derecha de su madera. Las ramas están tan retorcidas que no se pueden cortar en forma alguna que tenga sentido. Ahí está junto al camino. Ni un solo carpintero se dignaría siquiera mirarlo. Iguales son tus enseñanzas, grandes e inútiles." Chuang Tzu replicó:



"Has observado alguna vez al gato salvaje? Agazapado, vigilando a su presa, salta en ésta y aquella dirección, arriba y abajo, y finalmente aterriza en la trampa. Pero ¿has visto al yak? Enorme como una nube de tormenta, firme en su poderío. ¿Qué es grande? Desde luego. ¡No puede cazar ratones! Igual ocurre con tu gran árbol. ¿Inútil? Entonces plántalo en las tierras áridas. En solitario. Pasea apaciblemente por debajo, descansa bajo su sombra; ningún hacha ni decreto preparan su fin. Nadie lo cortará jamás.





DESTAZANDO UN BUEY





El cocinero del príncipe Wen Hui estaba destazando un buey. Extendió una mano, bajó un hombro,apoyó un pie, presionó con una rodilla. El buey quedó deshecho. Con un susurro, el brillante cuchillo de carnicero murmuraba como un viento suave. ¡Ritmo! ¡Cronometración! ¡Como una danza sagrada, como las antiguas armonías! "¡Buen trabajo!", exclamó el príncipe. "¡Su método es impecable!" "¿Método?", dijo el cocinero dejando a un lado su cuchilla. "¡Lo que hago es seguir el Tao más allá de todo método!



Cuando empecé a destazar bueyes, veía ante mí al buey entero, toda una masa única. Después de tres años, ya no veía aquella masa. Veía sus distinciones. Pero ahora ya no veo nada con los ojos. Todo mi ser aprehende. Mis sentidos están ociosos. El espíritu, libre para trabajar sin un plan concreto, sigue su propio instinto guiado por una línea natural. Por la abertura secreta, el espacio oculto, mi cuchilla no encuentra su propio camino. No atravieso ninguna articulación, no corto hueso alguno. Un buen cocinero necesita cortador nuevo, una vez al año. Corta. Un mal cocinero necesita uno nuevo todos los meses. ¡Él mutila!



Llevo utilizando esta misma hoja diecinueve años. Ha destazado un millar de bueyes. Su hoja sigue cortando como si estuviera recién afilada. Hay espacios entre las articulaciones; la hoja es delgada y cortante: cuando esta delgadez encuentra aquel espacio, ¡hay todo el sitio que se pudiera desear!



¡Pasa como una brisa! ¡Por eso mantengo esta hoja desde hace diecinueve años como si estuviera recién afilada! Cierto es, en ocasiones hay articulaciones duras. Las siento venir, entonces me detengo, observo con atención, me contengo, casi no muevo la hoja, y ¡whump! la parte se desprende cayendo como un trozo de tierra. Entonces retiro la hoja, me quedo quieto, y dejo que la alegría del trabajo penetre en mí. Limpio la hoja y la guardo."



El príncipe Wan Hui dijo: "¡Eso es! ¡Mi cocinero me ha mostrado como debiera vivir mi propia vida!





DEJAR LAS COSAS COMO ESTÁN





Sé lo que es dejar el mundo tranquilo, no interferir. No sé nada acerca de cómo dirigir las cosas. Dejar las cosas como están ¡de manera que los hombres no hagan hincharse su naturaleza hasta que pierde su forma!¡No interferir, para que los hombres no se vean transformados en algo que no son! Cuando los hombres no se vean retorcidos y mutilados más allá de toda posibilidad de ser reconocidos, cuando se les permita vivir, habrá sido logrado el propósito del gobierno. ¿Demasiado placer? El Yang tiene demasiada influencia. ¿Demasiado sufrimiento? El Yin tiene demasiada influencia. Cuando uno de éstos se impone al otro, es como si las estaciones llegaran cuando no deben. El equilibrio entre el frío y el calor queda destruido, el cuerpo del hombre sufre.



Demasiada alegría, demasiada tristeza, fuera de su momento preciso, y los hombres pierden el equilibrio.¿Qué harán después? El pensamiento divaga sin control. Empiezan a hacer de todo, no terminan nada. Aquí comienza la competencia, aquí nace la idea de la excelencia, y los ladrones surgen sobre la faz de la Tierra. Ahora, ni el mundo entero es recompensa suficiente para los "buenos" ni hay castigo suficiente para los "malvados". Desde ahora, el mundo entero no es suficientemente grande ni como premio ni como castigo. Desde los tiempos de las Tres Dinastías, los hombres han estado corriendo en todas las direcciónes imaginables. ¿Cómo van a encontrar tiempo para ser humanos?



Entrenas tus ojos y tu visión anhela colores. Educas tus oídos y deseas sonidos deliciosos. Te deleitas en hacer el bien y tu bondad natural queda deformada. Te regocijas en ser justo y te vuelves más allá de toda razón. Te excedes en la liturgia y te conviertes en un comicastro. Excédete en tu amor por la música y sólo interpretarás basura. El amor a la sabiduría lleva a una sabiduría prefabricada. El amor al conocimiento lleva a la búsqueda de fallas. Si los hombres se mantuvieran como realmente son, tener o prescindir de estas ocho delicias no significaría nada para ellos. Pero si se niegan a permanecer en su estado correcto, las ocho delicias se desarrollan como tumores malignos. El mundo cae en la confusión. Ya que los hombres alaban estas delicias, y las anhelan, el mundo ha quedado ciego como una piedra.



Cuando el deleite haya pasado, aún se aferrarán a él: rodean su memoria de adoraciones rituales, caen de hinojos para hablar de él, tocan música y cantan, ayunan y se autodisciplinan en honor de las ocho delicias. Cuando las delicias se convierten en una religión, ¿cómo puede uno controlarlas? El hombre sabio, entonces, cuando ha de gobernar, sabe cómo no hacer nada. Al dejar las cosas estar, descansa en su naturaleza original. Aquel que gobierne respetará al gobernado ni más ni menos que en la medida en que se respete a sí mismo. Si ama su propia persona lo suficiente como para dejarla descansar en su verdad original, gobernará a los demás sin hacerles daño. Dejadlo que evite que los profundos impulsos de sus entrañas entren en acción. Dejadlo estar tranquilo, sin mirar, sin oír. Dejadlo estar sentado como un cadáver, con el poder del dragón vivo en torno de sí. En completo silencio, su voz será como el trueno. Sus movimientos serán invisibles, como los de un espíritu, pero los poderes del Cielo irán con ellos. Inalterado, sin hacer nada, verá todas las cosas madurar a su alrededor. ¿De dónde sacará tiempo para gobernar?





CUANDO LA VIDA ERA PLENA, NO HABÍA HISTORIA







En la era en que la vida sobre la Tierra era plena, nadie prestaba particular atención a los hombres valiosos, ni señalaba al hombre de habilidad. Los gobernantes eran simplemente las ramas más altas del árbol, y el pueblo era como los ciervos en los bosques. Eran honestos y justos, sin darse cuenta de que estaban "cumpliendo con su deber". Se amaban los unos a los otros, y no sabían que esto significaba "amar al prójimo". No engañaban a nadie y aun así no sabían que eran hombres de "fiar". Eran íntegros y no sabían que aquello era "buena fe". Vivían juntos libremente, dando y tomando, y no sabían que eran "generosos". Por esta razón, sus hechos no han sido narrados. No hicieron historia.





LOS CINCO ENEMIGOS







Con madera de un árbol de cien años de edad, construyen vasos para el sacrificio, cubiertos de diseños verdes y amarillos. Las astillas cortadas yacen si ser utilizables en la cuneta. Si comparamos los vasos de sacrificio con la madera de la cuneta, vemos que difieren en apariencia: uno es más bello que la otra; pero aun así son iguales en esto: ambos han perdido su naturaleza original. De modo que, si comparamos al ladrón con el ciudadano respetable, vemos que uno es, desde luego, más respetable que el otro; y aun así coinciden en esto; ambos han perdido la simplicidad original del hombre. ¿Cómo la perdieron? He aquí las cinco maneras:



El amor a los colores atonta el ojo y ya no consigue ver correctamente. El amor a las armonías hechiza el oído y se pierde el verdadero oído. El amor a los perfumes llena la cabeza de vahídos. El amor a los sabores arruina el gusto. Los deseos desazonan el corazón hasta que la naturaleza original enloquece. Estos cinco son los enemigos de la verdadera vida. Y aún así son aquello para lo que "hombres de gran discernimiento" afirman que viven. No son aquello para lo que yo vivo: ¡si esto es la vida, entonces, los palomos enjaulados han encontrado la felicidad!





LA ACCIÓN Y LA NO-ACCIÓN





La no-acción del hombre sabio no es inacción. No es nada estudiado. No se ve alterada por nada. El sabio está tranquilo porque no se ve movido, no porque quiere estar tranquilo. El agua tranquila es como el cristal. Puedes mirarte en ella y ver la barba de tu mentón. Es un nivel perfecto; podría usarlo el carpintero. Si el agua es tan clara, tan nivelada, ¿cuánto más lo será el espíritu del hombre? El corazón del hombre sabio es sereno. Es el espejo del Cielo y la Tierra, el cristal de todo. Vaciedad, quietud, tranquilidad, insipidez. Silencio, no-acción: éste es el nivel del Cielo y la Tierra. Esto es el Tao perfecto. Los hombres sabios encuentran aquí su lugar de reposo.



En reposo, están vacíos. Del vacío viene lo no condicionado. De esto, lo condicionado, las cosas individuales. De modo que, del vacío del sabio, surge la quietud; de la quietud, la acción. De la acción, el logro. De su quietud viene su no-acción, que es también acción. Y es, por tanto, su logro. Porque la quietud es el goce. El goce está libre de preocupación, fructífero durante largos años. El gozo vuelve despreocupadas todas las cosas porque el vacío, la quietud, la tranquilidad, la insipidez, el silencio y la no-acción son la raíz de todas las cosas.





EL DUQUE HWAN Y EL CARRETERO





El duque Hwan de Khi, el primero de su dinastía, estaba sentado bajo su toldilla leyendo filosofía, y Phien el carretero estaba en el patio haciendo una rueda. Phien dejó a un lado el martillo y el cincel, ascendió los escalones, y dijo al duque Hwan: "¿Puedo preguntarle, Señor, qué es eso que usted está leyendo?" El Duque dijo:"A los expertos. Las autoridades." Y Phien preguntó: "¿Vivos o muertos?" "Muertos hace mucho tiempo." "Entonces", dijo el carretero, "no está leyendo más que la basura que dejaron atrás."



El Duque replicó:"¿Qué sabes tú de esto? No eres más que un carretero. Mas te vale darme una buena explicación o moriras."El carretero dijo: "Veamos el asunto desde mi punto de vista. Cuando yo hago ruedas, si me lo tomo con calma, se deshacen; si soy demasiado violento, no encajan; si no soy ni demasiado calmoso ni demasiado violento, sale bien. El trabajo resulta como yo deseo.



Esto no puede ser traducido a palabras: simplemente hay que saber cómo es. Ni siquiera puedo explicar a mi hijo cómo hacerlo, y mi propio hijo no puede aprenderlo de mí. ¡Así que aquí estoy, con mis setenta años, haciendo ruedas todavía! Los hombres de antaño se llevaron todo lo que realmente sabían con ellos a la tumba. Y así, mi Señor, lo que está leyendo ahí no es más que la basura que dejaron tras de ellos."






MEDIOS Y FINES







El portero de la capital de Sung se convirtió en un plañidero tan experto tras la muerte de su padre, y se consumió hasta tal punto con ayuno y austeridades, que fue promovido a un alto rango para que sirviera de modelo para la observación de los rituales. Como resultado de esto, sus imitadores se mortificaron hasta tal punto que la mitad de ellos murió. Los restantes no fueron ascendidos.



El propósito de una trampa para peces es cazar peces y, cuando éstos han sido capturados, la trampa ha sido olvidada. El propósito de un cepo para conejos es cazar conejos. Una vez capturados éstos, el cepo cae en el olvido. El propósito de las palabras es transmitir ideas. Una vez captada la idea, las palabras quedan olvidadas. ¿Dónde podría yo encontrar a un hombre que haya olvidado las palabras? Es con él con quien me gustaría hablar.






HUIDA DE LA SOMBRA







Había un hombre que se alteraba tanto al ver a su propia sombra y se disgustaba tanto con sus propios pasos, que tomó la determinación de librarse de ambos. El método que se le ocurrió fue huir de ellos. Así que se levantó y echó a correr. Pero cada vez que bajaba el pie había otro paso, mientras que su sombra se mantenía a su altura sin dificultad alguna. Atribuyó su fracaso al hecho de que no estaba corriendo con la suficiente rapidez. De modo que empezó a correr más y más rápido, sin detenerse, hasta que finalmente cayó muerto. No se dio cuenta de que, si simplemente se hubiera puesto a la sombra, su sombra se habría desvanecido, y si se hubiera sentado y quedado quieto, no habría habido más pisadas.





lunes, 9 de julio de 2012

El hombre y sus pensamientos


A pesar de lo que se cree normalmente, la capacidad de pensar y emitir juicios no se limita en exclusiva al cerebro. Con todos los adelantos existentes en la actualidad, no ha podido demostrarse científicamente que todos los pensamientos se fabrican en el cerebro, hay especialistas que consideran que es el corazón el órgano que delibera, aunque para la mayoría es el cerebro. Muchas de las civilizaciones antiguas creían que era el corazón, y no el cerebro, el órgano encargado de regir los pensamientos. Palabras como "corazonada" o "concordia" indican que el corazón jugaba un papel primordial a la hora de emitir un juicio. Las personas carentes de juicio (con discordia en su corazón) o locas podían razonar tan bien como otra cualquiera, pero era su falta de concordia la que trastocaba sus ideas. Cuando estamos airados o alterados se suelen emitir juicios erróneos que nunca habríamos tomado de estar relajados y sin presión. Quiérase o no, el corazón tiene algo que decir a la hora de decidirnos por una u otra idea.



La propia palabra "pensar" tiene como raíz etimológica (s)pen- (estirar, hilar), y procede del latín penso "pesar", pues al pensar pesamos en una balanza el pro y el contra de una idea. Dicha balanza se ha asociado desde siempre a la concordia, al equilibrio, a las creencias y al corazón. El dios Anubis pesaba los corazones de los difuntos en una balanza para conocer la maldad de los pensamientos.



-Los hemisferios: El cerebro humano consta de dos hemisferios, unidos por el cuerpo calloso, que se hallan relacionados con áreas muy diversas de actividad y funcionan de modo muy diferente, aunque complementario. Podría decirse que cada hemisferio, en cierto sentido, percibe su propia realidad; o quizás deberíamos decir que percibe la realidad a su manera. Ambos utilizan modos de cognición de alto nivel. Nuestro cerebro es como una máquina, una caja doble que tenemos en la cabeza, y cada mitad tiene su propia forma de conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa. Podríamos decir, en cierto modo, que cada uno de nosotros tiene dos mentes conectadas e integradas por unos cables de fibras nerviosas que unen ambos hemisferios. Ningún hemisferio es más importante que el otro. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos hemisferios, que se ayudan el uno al otro, especialmente si es una tarea complicada. Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de procesamiento de la información que recibe. Hay personas altamente especializadas en utilizar un hemisferio en lugar del otro, mientras que otras emplean ambos de un modo más equilibrado: cada cual es un mundo.



El hemisferio izquierdo, que tiene que ver con las funciones de: escritura, lógica, razonamiento y música rítmica. Por otra parte, el hemisferio derecho tiene relación con las funciones de intuición, emoción, imaginación, creatividad artística y la música melódica. Se puede decir que un hemisferio piensa y que el otro siente. El hemisferio izquierdo del cerebro controla el lenguaje y los pensamientos lógicos. A la inversa, el hemisferio derecho del cerebro es el que está involucrado en la creación de imágenes y también en lo que se conoce como inspiración.



El hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencial, paso a paso, de forma lógica y lineal. Es el que analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, piensa en palabras y en números; es decir, contiene la capacidad para las matemáticas y para leer y escribir. Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente (esto es, que converge, que da, que va hacia…, que desemboca), obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos que ya tienes. Aprende de la parte al todo y absorbe rápidamente los detalles, hechos y reglas; analiza la información paso a paso; quiere entender los componentes uno por uno, y muchas cosas más.



El hemisferio derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción global, sintetizando la información que le llega. Con él vemos las cosas en el espacio, y cómo se combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas combinaciones de ideas. Es el experto en el proceso simultáneo o de proceso en paralelo; es decir, no pasa de una característica a otra, sino que busca pautas y un todo. Procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que componen ese todo. El hemisferio que lo ve como un todo es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes, símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva. Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento divergente. Aprende del todo a la parte. Para entender las partes necesita partir de la imagen global; no analiza la información, sino la sintetiza. Es relacional, no le preocupan las partes en sí, sino saber como encajan y se relacionan unas partes con otras, viendo todo esto, como un todo.



-Artes y disciplinas: Platón y Aristóteles delimitaron la diferencia existente entre arte y disciplina al afirmar que existe arte en las cosas que se presentan de una manera determinada, pero podían presentarse de otra; la disciplina, en cambio, se refiere a aquellas cosas que no pueden ser de otra manera. Cuando algo se razona con argumentos indiscutibles (2+2=4), pertenecerá al campo de la disciplina; se hablará, en cambio, de arte, cuando lo que se debate es verosímil y opinable. Es bastante curioso que en época tan pretérita los pensadores griegos intuyeran la separación existente entre ambos hemisferios.



Entre algunas de las disciplinas más importantes se hallan la gramática, la retórica, la dialéctica, la aritmética, el solfeo, la geometría y la astronomía. Las artes recaen sobre la esfera de lo creativo: los oficios artesanos, la filosofía, las artes y en definitiva toda ciencia que es opinable. Los antiguos griegos tenían a la diosa Atenea como la protectora del arte y de la ciencia creativa, era además protectora de hilanderas y bordadoras. En su ciudad, Atenas, estaba considerada la diosa de la sabiduría, desplazando a las musas en el terreno de la literatura y la filosofía.



-Las palabras guían: Todas las palabras tienden a generalizarse, perdiendo su significado original, cuando la cultura de un pueblo decae o bien cuando dejan de usarse. El lector se verá sorprendido por el significado real de los vocablos relacionados con la mente. La pureza de un lenguaje es directamente proporcional a la cultura de sus hablantes y académicos a lo largo de la historia. En el castellano moderno tenemos la desgracia de usar infinitos vocablos para un mismo significado y pocos o ninguno para las sutilezas de la lengua, y no se debe precisamente a la poca riqueza del español. No hay más que ver el significado antiguo y moderno de los insultos. Estas sutilezas pueden comprobarse en la siguiente lista de palabras relacionadas de algún modo con el acto de discurrir.



Astucia: Del latín astus. Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin.



Cavilar: Raíz kel-5 (engañar, burlar); procede del latín cavilla "broma" "chanza" y significa "discurrir con sutileza".



Conciliar: Raíz keld-2 (gritar). Del latín concilium "reunión" "concilio". Conciliar es componer, concertar opiniones opuestas. Es sinónimo de pensar.



Considerar: Raíz sweid- (brillar). Del latín considero "examinar" (observar las estrellas con cuidado). Considerar es reflexionar algo con cuidado y atención. Sinónimo de cogitar.



Creer: Raíz kerd- (corazón). Del latín credo "creer, confiar". Las creencias no vienen del cerebro sino del corazón.



Discurrir: Raíz kers- (correr). Del latín curro "correr". Es hacer correr el intelecto para llegar a alguna conclusión. El mismo proceso que sigue un ordenador que busca datos en el disco duro.



Entendimiento: Raíz ten- (tender, estirar). Del latín intendere "extender, dirigir hacia algo", especialmente aplicado hacia la mente (intendere animum in aliquid "prestar atención", de ahí "oír" y "comprender").



Idear: Raíz weid- (ver). Es vocablo de origen griego (sufijo wid-es-ya) que significa "idea" "apariencia". Propiamente es la imagen o representación que del objeto percibido queda en la mente. Está fuertemente vinculado a la imaginación o fantasía.



Inteligencia: Todos creemos saber lo que es la inteligencia, incluso afirmamos, sin ningún ápice de duda, qué individuos son inteligentes y cuales no. La cosa no queda ahí, ¿cuantos libros se han escrito acerca de la inteligencia dando por hecho lo que ésta es? Algunos consideran la memoria como sinónimo de "inteligencia"; otros piensan que el sagaz es inteligente; una buena parte de la mayoría da por hecho que un erudito es inteligente, etc.  

Formada por la preposición latina inter "entre, dentro de" y la raíz leg- (recoger, colectar y derivados que significan "hablar"). Del latín lego "recoger" "escoger" "leer". Con lo cual la inteligencia representa la capacidad de leer y hablar para recoger datos selectos y emitir un juicio.  

Mientras mayor sea el número de datos fiables poseídos por el individuo más opciones tendrá para decantarse por la opción correcta. Una persona en particular puede ser bastante docta pero carecer de sensatez o juicio. Por otro lado alguien podría tener un gran sentido común pero ser iletrado. En ambos casos la inteligencia no es completa. En definitiva una persona inteligente es aquella sensata que posee mucha sabiduría recolectada gracias a la lectura y a la conversación.


Imaginar: Del latín imaginari "discurrir por medio de imágenes".



Ingenio: Raíz gen- (dar a luz, parir). Del latín ingenium "cualidad innata, carácter". Es la facultad del hombre para inventar con prontitud y facilidad. Forma parte claramente del hemisferio derecho.



Meditar: Raíz med- (medir). Del latín meditor. Realmente es sinónimo de calcular.



Pensar: Raíz (s)pen- (estirar, hilar). Del latín penso "pesar". Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen. Sinónimo de enjuiciar o conciliar.



Razonar: Raíz ar- (colocar, ajustar). Del latín ratio-onis "parte, trozo, cálculo". El razonamiento se realiza exclusivamente con el hemisferio izquierdo.



Saber: Del latín sapere "ser entendido", propiamente "tener gusto, ejercer el sentido del gusto". Saber es conocer o ser erudito. Sabiduría es sinónimo de inteligencia y lo contrario de ignorancia.



Sagacidad: Raíz sag- (buscar). Del latín sagax "dotado de buen olfato". El sagaz es el individuo astuto y prudente, que prevé y previene las cosas.



Sospechar: Raíz spek- (observar). Del latín specio "mirar, observar". Con preprosición sub. Significa literalmente "mirar desde abajo, desconfiar". Es aprehender o imaginar algo por conjeturas fundadas en apariencias o visos de verdad. Misma raíz comparte "perspicaz" (el que mira de modo agudo y penetrante).



Suponer: Raíz upo (debajo de). Del latín sub "debajo". Conjeturar, calcular algo a través de los indicios que se poseen.



-Conclusiones: Claramente relacionadas con el hemisferio izquierdo tenemos: razonar y meditar; con el derecho: ingeniar, imaginar e idear; con el corazón: pensar, creer y conciliar. Existe otro tipo de discurrimiento asociado al instinto de supervivencia: la astucia, la cavilación, la perspicacia y la sagacidad. De modo general, sin especificar su origen, tenemos: discurrir o considerar. Tanto los animales como el hombre tienen cerebro, si bien el género humano lo tiene genéticamente más desarrollado (de ahí homo sapiens). Esto puede demostrarse en el desarrollo de la filosofía (hemisferio derecho) o la filología (hemisferio izquierdo), si bien muchos animales tienden a ser más astutos que el hombre, pues requieren especialmente de sus desarrollados sentidos para procurarse la supervivencia. Es de notar que los hombres primitivos y los más necesitados son bastante astutos y sagaces.


viernes, 6 de julio de 2012

Poseidón


En la mitología clásica, Poseidón es hijo de Cronos y Rea y, por tanto, hermano, entre otros, de Zeus y de Hera. Sin embargo, Poseidón es una divinidad muy antigua y de gran importancia. Tenía un lugar preeminente en el panteón de Pilos, por encima incluso de Zeus, quien ocupaba una posición secundaria en las tablillas lineal B. Esto ha llevado a algunos autores a pensar que Poseidón fue un antiguo dios supremo que perdió su dominio universal en beneficio de Zeus. Desde luego comparte con este último algunas características, como no ser una divinidad tutelar o poliada de ninguna ciudad y gozar de un gran reconocimiento en todo el mundo griego, asumiendo rasgos panhelénicos; en este sentido no deja de ser significativo que Poseidón fuese el único dios que se enfrentaba abiertamente a Zeus cuando éste tomaba decisiones sin consultar a los demás. En Oriente Medio los griegos identificaron a Yam (la serpiente) con Poseidón, a El con Cronos y a Baal con Zeus, tal vez se debiera a la estrecha relación entre la serpiente con el agua y a la batalla de Baal contra Yam análoga a la de Zeus y Poseidón. Los romanos lo llamaban Neptuno. Poseidón es el dios (o diablo) que rige el destino de los hombres en el mar. No es por ello de extrañar que fuese en las zonas costeras donde se le rendía culto, con toda seguridad porque temían lo inesperado y peligroso del elemento acuático.



De carácter ambicioso, intrigante y pendenciero, se confabuló un día con Hera, harta de las infidelidades de Zeus, para derrocar al señor del Olimpo. Ayudados por casi todos los dioses, consiguieron encandenarlo mientras dormía, pero Zeus se liberó con ayuda de Tetis y de Briareo, un gigante de cien brazos, y castigó dúramente a los culpables. Poseidón y Apolo fueron condenados a servir durante un año al rey de Frigia, Laomedonte, y construyeron para él las murallas de Troya. Poseidón se enfrentará a menudo a otros dioses para asegurar su soberanía sobre diversas ciudades. Los relatos más conocidos se refieren a Atenas y Argos. En el caso de Atenas, fue derrotado por la diosa Atenea. En el caso de Argos tuvo que vérselas con Hera. Los tres dioses fluviales del país prefirieron a la diosa, que salió vencedora, y Poseidón se vengó esta vez secando todos los rios del reino. El dios fracasó en otros intentos por afirmar su poder: fue desplazado de Delfos por Apolo, de Egina por Zeus, de Naxos por Dionisio, de Trecén por Atenea. Pero casi todo el país de Corinto -cuya soberanía se disputaba con Helio-, y principalmente el istmo bañado por el mar, quedó bajo el poder de Poseidón, salvo la ciudadela (Acrocorinto), que fue dominada por el dios del sol. Asimismo, era también soberano de una región situada en los confines del mundo conocido: la fabulosa Atlántida.



Poseidón estaba considerado el antepasado de algunos pueblos, como los eolios y los beocios, y presidía alianzas y anfictonias. A él estaban dedicados el Panionion del cabo Micala, núcleo principal de la confederación de los jonios de Asia Menor; el santuario del promontorio de Samikon, en la Elide, que sirvió de centro a las aldeas de la Trifilia, y el de Onchestos, en Beocia, asimismo lugar de reunión federal. También le pertenecía el santuario de la isla de Calauria, junto a la Argólida, capital de una antigua anfictionía de ciudades comerciales en torno al golfo Sarónico. Poseidón es el padre de muchos héroes y el antepasado mítico de muchas familias reales. De él descienden por ejemplo los tebanos Agenor y Cadmo. Muchos de sus hijos serán monstruosos o malvados: además de Polifemo, los Alóadas, los bandidos Cerción y Escirón, ambos muertos por Teseo; engendró a Lamos, rey de los lestrigones, pueblo que la Odisea presenta como caníbales.; al gigante cazador Orión, etc. Los antiguos sacrificaban a Poseidón el toro y el caballo. Estos animales terrestres, simbolizan la impetuosidad y la violencia, pero también la potencia generadora.



La personalidad de Poseidón aparece vinculada sobre todo al mar, parte del universo que le tocó en suerte cuando el reparto que siguió al destronamiento de su padre. En esta misma línea, su símbolo era el tridente, que sustituyó al rayo que había poseído en origen. Algunos de sus principales santuarios se situaban entonces en relación directa con el mar, como los ya mencionados y también el del istmo de Corinto, en el Ática. Se le concedían ofrendas marinas y se le invocaba para calmar las tormentas. Pero por la misma razón, recibió el epíteto de Soter, salvador, cuando en el año 480 a.C. una tempestad destruyó parcialmente la flota persa, favoreciendo con ello la inmediata victoria griega en el cabo Artemision. Su morada habitual era un palacio de oro en las profundiades del mar Egeo. Se desplazaba sobre las olas en un carro tirado por unos animales mitad corceles, mitad serpientes, escoltado por un cortejo de peces, delfines o demonios marinos: las hermosas nereidas, los tritones (con la parte superior humana y la inferior de pez, que hacían sonar sus caracolas como pífanos) y el cambiante Proteo, que guardaba los rebaños de focas del dios.




Pero además del dios del mar, Poseidón era también una divinidad de carácter ctónico, y así se le conocía en la época micénica. A él se atribuía la paternidad de los movimientos telúricos y se decía que con el tridente había separado la tierra del mar, formando los valles y las islas. Por esta razón, Poseidón era objeto de culto también en regiones del interior, pero afectadas por los terremotos, y era especialmente invocado cuando se producía un temblor de tierra; de la misma forma, castigaba a los que le ofendían con una tempestad si era en el mar y con un terremoto si en tierra firme, como el que sacudió a Esparta en el año 464 a.C. Quizá en relación a esta cualidad ctónica de Poseidón se encuentre su estrecha vinculación con el caballo, lo que dio lugar a un culto dedicado a Poseidón Hippios. Éste se extendió por toda Grecia, aunque donde quizá tuvo una mayor implantación fue en Arcadia donde según el mito se produjo una unión entre este dios y Démeter, asumiendo ambos la forma equina. En Tesalia, Poseidón gozó asimismo de cierto predicamento bajo la epíclesis de Petraios, derivada del hecho de haber dado vida al primer caballo tras fecundar a una roca. Todos estos elementos no autorizan a situar a este dios entre las divinidades infernales, pero sí se le puede calificar como "señor de las profundidades" y como tal divinidad oracular: a él estaba dedicado un oráculo situado en el cabo Tenaron y según algunos llegó a disputar a Apolo la supremacía sobre Delfos.



Etimología: La primera ocurrencia conservada del nombre "Poseidón", escrito en lineal B, es Po-se-da-o o Po-se-da-wo-ne, que corresponden a Poseidaōn y Poseidawonos en griego micénico; en griego homérico aparece como Ποσειδάων (Poseidaōn); en eólico como Ποτειδάων (Poteidaōn); y en dórico como Ποτειδάν (Poteidan), Ποτειδάων (Poteidaōn) y Ποτειδᾶς (Poteidas). Un epíteto común de Poseidón es Γαιήοχος Gaiēochos, "agitador de la Tierra", epíteto que también se identifica en tablillas en lineal B. Los orígenes del nombre "Poseidón" no están claros. Una teoría lo divide en un elemento que significa ‘marido’ o ‘señor’ (πόσις posis, de la raíz pótis) y otro que significa "tierra" (δᾶ da, dórico para γῆ gē), obteniendo algo como "señor o esposo de la Tierra", lo que lo relacionaría con Deméter, "madre de la Tierra". Walter Burkert considera que "el segundo elemento da permanece desesperadamente ambiguo" y encuentra la interpretación "consorte de la Tierra" "bastante difícil de demostrar". Otra teoría interpreta el segundo elemento como relacionado con la palabra dawon, "agua" en algunos idiomas indoeuropeos (por ejemplo sánscrito, df'nu:dew); esto haría que Posei-dawōn fuera el "señor de las aguas".

jueves, 5 de julio de 2012

El evangelio apócrifo de Tomás


El término "apócrifo" viene del griego apokrýpto, que significa "ocultar". Originalmente se refería a aquellos libros que se escondían porque eran demasiado valiosos para caer en manos profanas. También designaba a aquellos escritos que contenían una enseñanza secreta. Más tarde la palabra se empleó para designar a aquellos libros no canónicos, falsos o rechazados por la ortodoxia. Los apócrifos del Antiguo Testamento tienen, con mucho, más valor histórico que los del Nuevo Testamento, pues fueron cotemporáneos de los escritos aceptados oficialmente.



Suele creerse que los apócrifos son escritos celosamente guardados hoy por la Iglesia para evitar que descubran sus desmanes: nada más lejos de la realidad. Ha sido la propia Iglesia la que ha colaborado en su difusión y publicación. En el ámbito científico nadie da valor a estos textos que fueron redactados varios siglos depués de la muerte del nazareno, algunos incluso son medievales. Se trata de historias fantasiosas en su mayoría que solamente tienen valor en el ámbito de la tradición cristiana. Así la asunción de la Virgen es el núcleo de los apócrifos asuncionistas. La virginidad perpétua de María está expresada en los Evangelios de la Natividad, la misma divinidad de Jesús aparece en los evangelios apócrifos de una forma más rotunda incluso que en los canónicos. Como se demuestra de nuevo, las películas y las novelas colaboran poco a la realidad de los hechos. El evangelio apócrifo de Judás fue descubierto en 1978, pero no fue publicado hasta el 2006, mucho se especuló sobre su importancia entre los medios de comunicación, algunos incluso decían con tanta teatralidad como necedad que era un cambio radical para el cristianismo. Sin embargo tan solo se trataba de otro apócrifo más entre el centenar ya existente.



Hay, sin embargo, un apócrifo del Nuevo Testamento que merece una entrada. Hablo del evangelio de Tomás. Es el más conocido de los que forman la biblioteca copta de Nag Hammadi. Se trata de una lista de 114 dichos de Jesús, muchos de los cuales eran anteriormente desconocidos, algunos de los cuales podrían remontarse a este. Ha llegado a ser denominado "el quinto evangelio". El manuscrito copto es del siglo IV, y los fragmentos griegos pueden ser datados en torno al 150. Sobre la datación de la composición del texto original no existe consenso alguno entre los especialistas, como tampoco lo hay respecto a si el Evangelio de Tomás depende o no literariamente de los Evangelios sinópticos. Algunos datan el texto original a mediados de los años 50, haciéndolo incluso anterior a la composición del más antiguo de los canónicos (71 d.C.). En cuanto al carácter ideológico del texto muchos autores lo consideran gnóstico, otros piensan que se trata un escrito típico del primitivo cristianismo sirio en el que el ascetismo fue importante.



Los dichos son en su mayoría tremendamente herméticos y difíciles de comprender para los no iniciados. Esto unido al hecho de que los especialistas no se ponen de acuerdo con respecto a su doctrina ideológica, me lleva a pensar que es muy posible que se trate de palabras del Jesús histórico, un sabio asceta que no daba concesiones a la galería. Los dichos de Jesús en los Evangelios canónicos son demasiado "fáciles" de digerir y fueron redactados para que el gran público pudiese entenderlos, esto es siempre sospechoso. El Corán niega la muerte de Jesús en la cruz y lo considera un profeta del Demiurgo al igual que por ejemplo Moisés o Mahoma. Debe el lector tener en cuenta que buena parte de lo que sabemos del Jesús histórico procede de Saulo de Tarso, un personaje que persiguió con saña a los cristianos en su juventud y luego se cambió de chaqueta. Su vida, comportamiento mesiánico y sus habituales visiones con ataques epilépticos encajan perfectamente con lo que la siquiatría moderna llama "trastorno delirante paranoide de tipo grandioso", este perfil sicológico suele encontrarse entre carismáticos fundadores de peligrosas sectas. La aprobación por parte de la Iglesia de los evangelios canónicos no se produjo con fines científicos o históricos sino políticos. Es por todo ello por lo que debemos ser escépticos a la hora de aceptar la tesis oficial sobre la vida de Jesús. Pondré unas logias que resulten mínimamente comprensibles y curiosas del Evangelio de Tomás:



El que busque, no cese de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se conmoverá, y cuando se conmueva se maravillará y reinará sobre todo.



Cuando os conozcais, entonces sereis conocidos y comprenderéis que vosotros sois los hijos del Padre Viviente. Pero si no os conoceis, entonces estáis en la indigencia y sois la indigencia.



El ser humano es como un pescador sabio que lanzó su red al mar y la sacó del mar llena de peces pequeños. Entre ellos, el pescador sabio encontró un pez grande y bueno. Lanzó todos los peces pequeños al fondo del mar, y eligió el pez grande sin pesar. ¡El que tenga oídos para oír, que oiga!



Si ayunáis, os engendrareís pecados. Y si orais, sereis condenados. Y si dais limosna, perjudicaréis vuestro espíritu.



Quizá los hombres piensen que yo he venido a poner paz en el mundo. Y no saben que yo he venido a poner división sobre la tierra: fuego, espada y guerra.



Ama a tu hermano como tu alma, cuídalo como a la pupila de tu ojo.



Si no ayunais del mundo no hallareis el reino.



Si un ciego guía a un ciego, ambos caen en un pozo.



A menudo habeis deseado escuchar estas palabras que os digo, y no tenéis a otro de quien oírlas. Llegarán días en que me buscaréis y no me encontraréis.



Aquel de vosotros que se haga un niño conocerá el Reino y será más elevado que Juan el Bautista.



Bienaventurados los solitarios y los elegidos, porque encontraréis el Reino. Como sois de él, de nuevo iréis allí.



Sus discípulos le dijeron: "La circunsición, ¿es provechosa o no?". Les dijo: "Si fuera provechosa, sus padres los engendrarían de sus madres ya circuncisos. Es más bien la verdadera circuncisión, en espíritu, la que ha deparado toda utilidad.



Bienaventurados los pobres, porque el reino de los cielos es vuestro.



Quien no odie a su padre y a su madre no podrá ser discípulo mío, y quien no odie a sus hermanos y a sus hermanas y no tome su cruz como yo no será digno de mí.



Había un hombre rico que tenía muchos bienes. Dijo: "Emplearé mis bienes para sembrar, cosechar, plantar y llenar mis graneros con frutos, de manera que no precise nada". Tales eran sus pensamientos en su corazón. Y esa noche murió. ¡Quien tenga oídos, oiga!



Bienaventurados vosotros cuando os odien y os persigan. Y se encontrará un lugar en el que no seréis perseguidos.



Hay muchos en pie junto a la puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara nupcial.



El Reino del Padre es como un comerciante, que tenía mercancía y encontró una perla. Ese comerciante es listo. Vendió la mercancía y se compró esta perla única. Vosotros, también, buscad el tesoro imperecedero y duradero allí donde la polilla no se acerca a comer ni el gusano destruye.



Una mujer que había entre la muchedumbre le dijo: "¡Bendito el vientre que te portó y los pechos que te alimentaron!". Jesús dijo: "Benditos los que han escuchado la palabra del Padre y la han observado verdaderamente". Pues habrá días en que diréis: "Bendito el vientre que no concibió y los pechos que no amamantaron".



Adán vino a ser gracias a un gran poder y a una gran riqueza, y no llegó a ser digno de vosotros. Pues si hubiera sido digno no habría probado la muerte.



Miserable es el cuerpo que depende de un cuerpo. Y miserable es el alma que depende de estos dos.



Si teneis dinero, no lo prestéis a interés, sino dadlo a quien no os lo devolverá.



¡Ay de los fariseos!, porque son como un perro que yace en el pesebre, y ni come ni deja que los bueyes coman.



Quien conozca a su padre y a su madre será llamado "hijo de prostituta".



Simón Pedro les dijo: "Que María salga de entre nosotros, pues las mujeres no son dignas de la vida". Jesús dijo: "He aquí que yo la empujaré a que se haga varón, para que llegue a ser también un espíritu viviente semejante a nosotros, los varones; pues toda mujer que se haga varón entrará en el Reino de los cielos.


De ser estos dichos del Jesús histórico, no cabe duda que tuvo en su contra a la ortodoxia judía. Serían entonces enseñanzas que calarían hondo entre intelectuales y aquellos que se sentían frustrados con el judaísmo tradicional debido a su falta de espiritualidad y exceso de rigidez. La doctrina de Jesús se extendió como la pólvora y con el tiempo se fue manipulando hasta convertirse en una parodia de lo que fue: la historia la escriben los vencedores. Nada nuevo bajo el sol. Las ideas de Jesús eran desestabilizadoras para los poderes fácticos, la sabiduría y la verdad duelen, especialmente a aquellos que la desconocen por completo.


miércoles, 4 de julio de 2012

Acerca del bien y el mal


Mucho es lo que se ha escrito acerca del bien y el mal. Todo el mundo parece conocer de modo intuitivo lo que es beneficioso y lo funesto, se observa que cada cual tiene una opinión al respecto dependiendo de su experiencia, edad, moralidad y creencias. Intentaré desgajar lo cierto de lo incierto para lograr llegar a una conclusión fiable. Es un tema aparentemente fácil, sin embargo pronto veremos que una inmensa mayoría de la población desconoce lo que es realmente bueno o malo, y ello influye de modo negativo en su vida personal y en la de los que lo rodean.



"Bien" tiene como raíz etimológica deu-2 (hacer, manifestar). Palabras extranjeras que se hallan en la misma raíz son el sánscrito dúvas "regalo" o el irlandés antiguo den "eficiente". Del latín bonus tenemos el castellano "bueno", "bono" (título de la deuda, vale para cambiar por algo) y "abonar" (fertilizar). Del latín bene tenemos "bien", "bendecir", "behetría" (población cuyos vecinos tenían derecho a elegir a su señor, las behetrías recibían como señor a quien les hiciera más bien), "beneficio", "benévolo", "benigno" y "bienhechor". Del latín bellus proviene "bello", "beldad"; y por último del latín beo (hacer feliz, satisfacer) viene "beato". A grandes rasgos lo bueno es algo eficiente, que produce felicidad y que mejora sobremanera allá donde se aplica. Propiamente hablando lo bello es característico de lo bueno. Lo bello es algo atractivo que nos provoca en principio más o menos alegría.



Por el contrario, "malo" viene del latín malus. Su raíz etimológica es desconocida, pero es claro antónimo de lo bueno. Palabras derivadas son: "mal", "maldad", "maleante", "maleza", "malicia", "maleficio", "maligno", "maléfico", etc. Al ser lo malo opuesto a lo bueno se trata obviamente de algo ineficiente, que provoca desgracia y que empeora (al menos a largo plazo) lo que toca allá donde aparece. Lo feo está íntimamente ligado a lo malo, de hecho desde siempre se ha identificado lo feo con lo malo, por ejemplo brujas o monstruos. Todos sentimos cierta repulsión instintiva ante lo feo, nadie puede negarlo. Una vez expuestas las definiciones vamos a intentar hacerlas coincidir, en la medida de lo posible, con el mundo real para que no quede cabo sin atar. Tomaré como ejemplo al ser humano para diferenciar de forma clara el bien del mal.



Nadie es absolutamente bueno o malo. El bueno puede mentir y el malo decir la verdad, aunque no sea lo frecuente en ellos. El ser humano tiene cuerpo y por ello es pasible: el bien y el mal son parte de su esencia. Para lograr concordia espiritual, muchos perversos compensan sus maldades con buenas acciones, pues de no hacerlo se autodestruirían. Todos las almas buscan la felicidad, lo que las diferencia es el modo de hallarla. Hacerse adepto a una religión puede ser un modo de encontrar el bien, pero no todos los adeptos lo logran, ya que el hábito no hace al monje. Se trata de una tarea personal y espiritual. Dicho esto, creo que existen tres clases de personas: la buena, la común y la mala.



-El hombre bueno es aquel que busca con ahínco la felicidad a través de la eficacia y el sentido común, evitando que sus pasiones, filias y fobias le alteren la verdadera realidad del bien. Si sabe que haciendo deporte mejora su salud de forma notable, no dudará en practicarlo aunque la pereza o el prójimo traten de evitarlo. La disciplina le es fundamental.



-El hombre común busca la felicidad mezclando lo placentero con lo correcto. Este hombre piensa más con el corazón que con la cabeza. Su concepto del bien es incompleto: en su subconsciente sabe lo que es bueno y trata de acercarse a ello, pero le falta la voluntad necesaria para alcanzarlo. Practicará deporte a intérvalos pues ese es su concepto del bien, por ello su salud no será tan buena como la del hombre bueno.



-El hombre malo busca la felicidad en lo placentero, piensa con la barriga. Para él lo placentero es sinónimo de bueno: robar a alguien es un método fácil y rápido para conseguir el bien; violar a una bella mujer es tan placentero como bueno; irse de copas es mucho más bueno que hacer deporte. Una vida así solo puede causarle problemas antes o después. Nunca llegará a entender del todo por qué se halla en una cárcel o su salud es débil, pues su confusión respecto al bien es enorme. La culpa nunca será suya sino de la sociedad, la cual le tienen manía. Es sumamente indisciplinado.



Nadie nace bueno y para llegar a serlo hay que pasar previamente por lo malo y lo neutro. Solamente cuando se asume que el mal nunca beneficia y que el bien nunca perjudica el individuo se hace realmente bueno, pues entonces comprende que es él el primer beneficiado. Antes bien, afirmo que el bien es pura sabiduría, ¿qué es saber sino conocer lo beneficioso y evitar lo nocivo? Pocos son los sabios o buenos y bastantes los ignorantes o malos. No todas las personas, ni mucho menos, logran hacerse buenas a lo largo de sus vidas. Para su desgracia muchas de ellas se quedan en el escalón intermedio o bajo de la bondad. Suele ocurrir que las personas malas (aquellas que se perjudican) tienen una vida más corta que las buenas, es ésa la razón por la que los antiguos temían bastante a los fantasmas de los muertos prematuros. Es rigurosamente falso el tópico de que el bueno sufre y el malo disfruta, pues tiene el vulgo un concepto erróneo (influenciado por la sociedad y/o religión) sobre el bien y el mal.



Por lo que respecta a la belleza decir que las apariencias pueden engañar. Si algo parece bello pero posteriormente comprobamos que es perjudicial, no podemos decir que sea realmente bello. Muchas veces sucede que una persona o una canción no nos atrae inicialmente, sin embargo más tarde sentimos que era más bella de lo que pensábamos: fuimos engatusados por las apariencias. En definitiva lo verdaderamente bello no puede ser malo ni lo verdaderamente feo bueno. La maldad suele darse durante la infancia, pues es una etapa de aprendizaje en la que no se distingue adecuadamente lo bueno de lo malo. Además la debilidad y cobardía propia de los niños les impide ser realmente buenos, pues el bien requiere fortaleza, experiencia y disciplina para poseerlo. Los crios necesitan el apoyo constante de alguien para aprender y evitar ser dañados. Siguiendo este razonamiento las mujeres tienen más difícil, dada su debilidad, llegar a alcanzar la bondad. Aquellas que lo logran son dóblemente dignas de alabanza y verdaderamente bellas. Todos debemos respetar y apoyar especialmente a la mujer fuerte. Debe evitarse censurar de modo inquisitorial un comportamiento malo, pues todos hemos sido malos para aprender.  Los inquisidores desconocen el alma humana, porque sin conocer el mal no puede alcanzarse el bien. La propia vida se encarga de castigar los males de cada uno, nosotros no podemos guiar a los que no quieren escuchar, cada cual es libre de elegir su propio destino.