Los
genios son entidades de naturaleza animaloide que aparecen en todas
las culturas del mundo. Los grecorromanos creían que los seres
humanos contenían en su espíritu un genio o demonio que les
protegía y guiaba a lo largo de su vida, en el cristianismo pasó a
llamarse ángel de la guarda. Dentro del culto imperial de la antigua
Roma se deificaba el genio y númen del emperador de turno. Además
era común entre los antiguos paganos rendir culto a los genios
de lugar (genius loci) en las zonas específicas de la geografía (rios,
cuevas, montes, etc.) donde se dejaban ver y habitaban. Las leyendas
de gigantes, enanos y dragones son relatos cristianizados que pueden
ocultar la existencia de un genio local.
Para
el Corán los genios estaban creados a partir de fuego y formaban una
raza aparte de la humana. Iblís (el Satán coránico) es descrito
como un genio poderoso o demonio que renunció a adorar al hombre,
con lo cual consiguió que Alá le permitiera tentar al hombre
pecador y aplazar su condena por desobediencia al Juicio Final. Todos
los genios tienen alguna relación con la fertilidad, no en vano la
propia palabra es derivada de "generar" y la que usaron los
griegos ("demonios generadores") les delata plenamente. Los
genios pertenecen pues a la familia de los demonios y no al revés.
La
brujería y los genios han estado ligados desde siempre, pues tanto
brujos como brujas (vivos o muertos) dominaban el arte del cambio de
forma de su propio espíritu (o genio) gracias a la consumición de
ciertas sustancias y/o cantos mágicos. Entre los animales favoritos
que las brujas y brujos adoraban metamorfearse se encuentran el lobo,
la serpiente, la lechuza, el macho cabrío, el leopardo (si nos vamos
a las junglas), etc. En efecto se creía que algunas personas podían
convertirse en demonios al fallecer y crear todo tipo de desmanes por
los alrededores.
Los
musulmanes prefieren el vocablo genio (djinn) -en lugar de
"demonio" que usamos en occidente- cuando una persona
muestra síntomas claros de posesión espiritual, con frecuencia los posesos aullan y se portan como animales. Asimismo algunos
magos eran capaces de encantar a los genios con objeto de proteger un
lugar o perjudicar a alguien con maleficios, en muchas leyendas los genios podían incluso ser atados a un objeto (recuérdese la lámpara de Aladino) o lugar. Mucho me temo que las ánimas de los difuntos eran en realidad los genios de los muertos, pues no es casualidad que a veces se presentaban con rasgos medio humanos medio animales. Recordemos que los antiguos también llamaban al ánima o parte vital del espíritu "espíritu animal". Debe incluirse dentro de
la familia de los genios a todas aquellas entidades similares que
pululan por el mundo, aunque tengan un nombre diferente. Mismo perro
con distinto collar. Abajo la niña de la película "el exorcista" caminando como una araña.
En
ocasiones los autores antiguos no distinguen a un genio de una
especie peculiar de animal, es el caso de los dragones o la estrige
(especie de bruja-lechuza), ambos considerados hasta siglos muy
recientes como especies animales por los naturalistas. El lector
intuirá lo complejo y polifacéticos que son los genios. En las
siguientes entradas iremos analizando uno por uno algunos de los más
populares, les adelanto que va ser súmamente interesante.
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